jueves, 3 de diciembre de 2009

ENTREVISTA A FERNANDO AHILLAPAN


"EL ENCANTO ERA LA RADIO, LA TV ES OTRA COSA"

Fernando Ahillapán es profesor de Historia en la Comarca. Vive en Carmen de Patagones y con 43 años recuerda a la perfección programas radiales y hasta los nombres de los mismos locutores que en su infancia y adolescencia ocupaban ese espacio de entretenimiento.

Cada persona, si busca en sus recuerdos, puede traer al presente la primera vez que escuchó la voz de una persona a través de un “aparato” que le robaba horas de vuelo en la imaginación.

Esta entrevista tiene ese fin, traer al presente los recuerdos de Fernando Ahillapán como receptor. Nos contó sus primeros encuentros con la radio, con la televisión y cómo vivió los pasajes del cassette al CD, por ejemplo. Además, hizo referencia a los contenidos más trascendentales en cada etapa de su vida y, por último, nos hizo saber su valoración respecto de los medios de comunicación, pasando por la radio hasta Internet. Escucharlo fue confortable y provechoso, y le pedimos disculpas porque, al final de la charla, llegaba tarde a su clase.

-¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de la radio?

-El primer recuerdo, a nivel local, fueron las transmisiones radiales que se emitían de lunes a viernes a las 13 horas, por medio de dos compañías teatrales: Jorge Heberman y Germán Tabaré. Era muy atrapante, porque la gente se paralizaba para escuchar, por ejemplo, a Ceferino Namuncurá, Muerte de un peón de campo, o La difunta Correa. Los domingos, esas mismas compañías, se presentaban en la Iglesias, en los clubes. Fue mi primer contacto con un medio que, además, te invita mucho a la imaginación.

- Cuando era niño ¿había una radio en su casa? ¿Qué lugar ocupaba?

-Mi tío tenia una radio, yo me hice habitúe de la radio, era en todo momento la compañera. Llegué a tener las radios portátiles y así me trasladaba con ella, el que tenia una en el barrio era Gardel.

-¿Cuáles eran los contenidos de la radio que escuchaba o los que más le interesaban en su niñez o adolescencia?

-Los contenidos en ese momento eran más locales. Me acuerdo que estábamos expectantes de las noticias fúnebres, de las precipitaciones, los accidentes y acontecimientos que pasaban en los pueblos cercanos, o que tal día venía de Bahía un médico a atender en Patagones. Esto, gracias a LU 15 y Radio Nacional, que en ese sentido tuvieron un papel importante.

En la década de los ´80 escuchaba mucha música extranjera, pensando también que veníamos de una dictadura muy violenta en nuestro país, que se valoraba siempre lo de afuera y no tanto lo de adentro, lo nuestro. Lo que hizo que uno sepa mucho de la música extranjera pero no te enterabas acá había un Atahualpa Yupanqui que era un poeta fenomenal y que hacía cosas tan valiosas.

-¿Recuerda el nombre de alguna emisora o programa?

- En LU2 se transmitía Súper Show de Favoritos, después la misma producción de LU2 salía por distintos lugares a hacer una presentación, sacaban los equipos y pasaban videos, que para nosotros era bárbaro. Yo me crié escuchando este programa. Otro era Círculo Musical que iba también por LU2, conducido por Sapizo y Raúl de Gasper, pero el 80 % era música extranjera.

-¿Cómo afecto tu relación con la radio el surgimiento de la TV? ¿Disminuyeron tus horas de escucha?

-Yo siempre la seguí escuchando a la radio, pero la televisión era, para mí, un espacio para ver deportes o alguna miniserie argentina, pero el momento de la noche nada más. Además, en el contexto en el que se dio la aparición de la televisión fue muy particular. En mí caso, en Patagones, yo me crié en Villa Linch y había dos familias que tenían tele. El Mundial del ´78 lo mirábamos por una ventana, era como observar a una familia, éramos cuatro o cinco mirando todo lo que hacían, y nosotros mirando la imagen sin escuchar. En la final del Mundial el “tipo se jugó” y nos dejó pasar a todos al comedor (risas).

-¿Cómo vivió la aparición de las FM?

- La aparición de las FM marcó un “boom” en especial para las nuevas generaciones, porque era todo música. En un primer momento, las FM tendían a hacer programas muy movidos y con orientaciones bien específicas. Ahora vemos que tienden a parecerse mucho a las AM. Acá en Viedma creo que la primera fue FM Presencia

-¿Quiénes escuchaban las radios AM y las FM?

- Nosotros los jóvenes escuchábamos FM y los más “grandecitos”, que tienden a ser más conservadores y nostálgicos, escuchaban más AM, con los programas de folclore y esos que las FM no pasaban. Escuchar FM estaba bárbaro y más si eras pibe, escuchábamos música todo el tiempo, había muchos avisos comerciales, podías escuchar el grupo que querías, era ideal para los pibes. Pero bueno, a medida que vas creciendo, también querés enterarte cómo circula el mundo.

- Con respecto al rock nacional, ¿escuchabas?

- Para mí el hecho de Malvinas marcó un antes y un después para el rock nacional y después de la dictadura se inició un período en el cual no se podía escuchar música extranjera, una pavada porque la música no tiene fronteras. Pero también nos abrió las puertas para conocer nuestro rock y ahí uno no puede dejar de mencionar a los que se consideraron fundadores del rock nacional, como Charly García, Los Abuelos de la Nada, bandas que para la década del ´80, para nosotros eran geniales, más las canciones de protesta y mucho compromiso social. Recuerdo que cuando vino Miguel Mateos y Soda Stereo se llenó. La aparición de Sumo, Luca Prodan fue una revolución muy fuerte en el rock nacional, le aportó una mirada que yo creo que tiene repercusión hasta hoy. Hoy el rock, trata temas más espirituales.

- ¿Siempre te mantuviste dentro del mismo género musical?

- Mi gusto ha ido evolucionando, creo que las nuevas generaciones nos han aportado mucho, que los chicos escuchen letras nuestras, con nuestra realidad es el caso de “la Bersuit”. Antes no entendía un tipo de música, cuando pasó lo de la dictadura y hoy puedo entender a Mercedes Sosa o Serrat, que antes me parecía un bodrio, ahora lo escuchas y el tipo es fenomenal.

-¿Qué cambios en los dispositivos tecnológicos tuvo la posibilidad de vivir?

- Yo el disco de pasta no lo conocí, me lo mostraron, sí el disco de vinilo que todavía tengo algunos. Luego aparece el cassette más grande que traía seis o siete temas con formato de uso película. Ahí escuché por primera vez a Julio Iglesias. Y entonces, surge el cassette que era revolucionario, marcó un cambio muy brusco porque vos lo metías en un grabador, luego en el auto y te ibas escuchando música. Después aparece el walkman, que el que tenía uno era Gardel y tenías un punto a favor a la hora de atraer a las chicas. (Risas) Cuando aparece el CD me pierdo, es impresionante como ha avanzado la tecnología, lo vemos con el MP3. Pero sigo eligiendo el cassette porque marcó un algo muy interesante, si pudiera detener la historia en el cassette, pararía todo ahí.

-¿Qué te impulsó a trabajar en radio?

- En realidad empecé trabajando en radio nacional en la década del ´90, hacía un programa con dos o tres chicos de Patagones y uno de ellos lo llamó “Nube Púrpura”, una cosa loca, nada que ver (Risas) Me pareció un juego riesgoso por lo que implicaba hablar, que el otro te escuche y que te llame y además, cuando se prende la luz roja y tenés que hablar yo me preocupaba por hacerlo bien, porque el programa se trasmitía en vivo. Pasábamos rock nacional que a la gente le gustaba, leíamos pavadas. En el ´91 trabajé en FM Presencia, se trataba de un programa de música tropical, que iba los domingos por la mañana y se trasmitía por canal 12. Tenía una audiencia especial, gente grande que se levantaba temprano, te llamaba y vos tratabas de llegar a ellos hablando de temas que les interesaban.

-Después ¿trabajaste en otro lugar?

-Sí, en esa misma radio con una compañera, una profesora de historia, hicimos un programa llamado “Espacio abierto”, que trataba temas propios de la universidad. Después me fui comprometiendo con programas de aspecto sindical, hacíamos “La otra historia” que se trasmitió hasta este año por la CTA. Era un programa bien definido que apuntaba a un amplio sector de la sociedad, el “laburante”.
-Entonces en la actualidad ¿seguís escuchando radio y cómo la intercalas con los otros medios?

- La radio ocupa un lugar muy importante, sobre todo a la mañana cuando trabajo para informarme. Pasando el medio día escucho un programa que tiende al folclore y al tango. Respecto a otro medio miro la tele, más que nada programas en vivo, como un deportivo u otro que tenga una temática que me interese. Internet me cuesta mucho, sé lo básico pero el e-mail no lo manejo, me resisto mucho, resistencia que tiene que ver con la forma en que vivimos y con lo desconocido y admiro a los chicos que en estos nos dan cátedra.

-¿Qué ventaja le encontrás a la radio respecto de otro medios?

-La radio para mi da pié a la imaginación y a la trascendencia de las cosas que se dicen con las palabras. Cuando escuché a Dolina no me los imaginaba con esos ojos caídos, parecía descuidado, cuando lo vi en la tele perdió algún encanto, pero claro, el encanto era la radio y la tele es otra cosa. La tele está todo el tiempo con el “llame ya”, esa cultura del apresuramiento. La imagen de la tele paraliza, está todo armado, no hay espontaneidad, mientras que en la radio vos podes decir lo que pensás.

*Entrevista realizada por: Gisela Zalazar, Daiana Gorriti y Daiana Benítez.

COMENTARIOS

Los medios y el poder
Los medios de comunicación en nuestro país han estado siempre ligados al poder y, por ello, han desarrollado un papel funcional a los intereses de estos grupos. Pensemos en los inicios de la radio y su estrecha relación con el Estado, el teórico Martín Barbero nos invita a reflexionar cuando afirma que los medios, en la década del `30, desarrollaron una función homogenizadora, contribuyendo a la creación de un ser nacional y, con esto, al proyecto estatal. Específicamente en nuestro país se pensó en un imaginario agrícola-ganadero con el que las masas se sientan identificadas, por ello el radioteatro, como nos cuenta Fernando, tenia temáticas relacionada con éste modelo, “Era muy atrapante, porque la gente se paralizaba para escuchar, por ejemplo, a Ceferino Namuncurá, Muerte de un peón de campo, La difunta Correa”.

Nuestro entrevistado, también nos ayuda a percibir más de cerca la manipulación que sufrieron, unos años después, los medios en nuestra última dictadura militar. La opinión de Fernando es muy valiosa porque su adolescencia estuvo marcada por estos hechos. Las condiciones de producción, entonces, estaban determinadas por la represión departe del Estado, por la censura y la manipulación. Si hay un acontecimiento que pone en evidencia la ceguera que ocasionaba la mala información y la importancia de los medios es la Guerra de Malvinas y la inocente creencia del pueblo argentino en una victoria que nunca existió. Fernando nos cuenta que “La Dictadura marcó un abismo generacional con un desconocimiento y hasta un desprecio de lo nuestro, y esto se reflejó a través de los medios”. Es entonces que pensamos, casi automáticamente, en los intelectuales, los artistas, los periodistas y todas esas personas que sufrieron el exilio sólo por pensar diferente.

Por último, ¿cómo dejar de mencionar el papel de los medios en la actualidad? Hoy los medios de comunicación sirven a otros intereses, porque ahora están en manos de otro tipo de poder, el económico. El semiólogo Rodrigo Alsina afirma que los medios de comunicación se encuentran en manos de organizaciones económicas de poder, de grandes empresas que determinan los contenidos emitidos por sus medios de comunicación conforme defiendan sus intereses. En este sentido, nuestro entrevistado nos deja una última reflexión cuando dice que “Los medios juegan con la verdad y la ignorancia, uno cree que se está informando y en realidad le están revolviendo la cabeza con un montón de porquerías”.

Gisela Zalazar

Resistencia vs. Adaptación
Me pareció interesante su reflexión acerca del avance de los dispositivos tecnológicos. Fernando, a través de una amena conversación, saca explícitamente a la luz su resistencia frente a los cambios bruscos de los avances de la tecnología, una resistencia que tiene ver con nuestra forma de vivir y con lo desconocido. Al escucharlo comprendo esa discontinuidad que atraviesa a Latinoamérica, tan destacada en el ámbito académico comunicacional. Inevitablemente sus condiciones de recepción se ven afectadas en relación con estos avances, aunque no por esto deja de elegir a la radio, añorando sus funciones sociales y políticamente comprometidas. Fernando nos transmite su rechazo frente al carácter consumista del llame ya de la TV y por no permitir ese carácter libre para transmitir lo que se piensa, posibilidad que sólo la radio parece haberle otorgado.

Daiana Gorriti


LA RADIO, UNA COMPAÑERA FIEL

Su primer encuentro con ella fue cuando lo atrapó por medio de un radioteatro. Después, con la radio los avisos meteorológicos y fúnebres de la zona en la que vivía lo hacían sentir cerca de todo. Luego, lo volvía a atrapar cuando la música lo acompañaba en todo momento.
Supo adaptarse a los nuevos dispositivos que surgían para ella, es decir, el walkman, los cassette, los CD´S, etc., aunque sinceramente, a pesar de que se lo catalogue hoy como algo "del pasado", Fernando Ahillapán se queda con el cassette y lo expresa claramente cuando en la charla nos dijo: “si pudiera detener la historia en el cassette, pararía todo ahí.”
Jamás cambio la radio por la TV, porque estuvo a su lado cuando hechos inolvidables marcaron la historia argentina, y por medio de ella supo apreciar, luego del golpe trágico que marco la memoria de todos los argentinos, a la música nacional. Se dió cuenta de lo que en verdad querían decir los artistas argentinos y sentirse uno más de los que vivían la etapa post-dictadura.
La radio supo darle voz a Fernando en aquellos momentos en donde le tocaba dirigirse a la gente de su alrededor, lo dejo fomentar su ideología, lo atrajo a ese mundo y a ese espacio en donde la palabra tiene peso, donde siempre hay un oído expectante a lo que se dice y en donde la imaginación va de la mano con la escucha.
Por eso, para mi, Fernando es un ejemplo claro de las personas que se apropian de los medios de comunicación. Vivió esa etapa en la que no se apreciaba lo nuestro, la etapa en la que la Dictadura dejo desastres, descrédito de los valores nacionales, pero es uno de los tantos que tomaron conciencia de que los medios de comunicación llegaron a transmitir ese desprecio y quiso cambiar las cosas cuando en su primer trabajo como locutor radial emitía un programa de rock nacional.

Daiana Benítez

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